
Sinopsis:
Quizá sea El fantasma de Canterville el cuento más conocido y celebrado de Oscar Wilde, e inolvidables las cóleras de ese pobre fantasma, que no logra asustar a sus inquilinos americanos y acaba siendo juguete y víctima de dos niños terribles. Inolvidable también El crimen de lord Arthur Savile, pequeña obra maestra que cuenta la divertida historia de un buen lord, desesperado porque nunca le sale bien ese crimen que quiere cometer cuanto antes para librarse de su destino. La esfinge sin secreto y El modelo millonario cierran este volumen delicioso, donde campean el humor, la sátira y la elegancia de la prosa de Wilde.
Opinión:
Este mes he desempolvado esta querida recopilación de cuentos de Oscar Wilde editada por Anaya, como veis, algo estropeada a causa del uso y el tiempo transcurrido desde 1986, fecha en que data la edición que poseo. Ha pasado por varias manos, conocido diversas librerías domésticas antes de tomar asiento en uno de los estantes de la mía, de donde no se moverá hasta dentro de muchos años —espero— cuando otras manos que me sean familiares lo reclamen para sí.
Aunque en la portada solo aparece el título del que quizá es, en la actualidad, su cuento más famoso —El fantasma de Canterville—, en el libro se incluye, además, El crimen de lord Arthur Savile y dos piezas menores: La esfinge sin secreto y El modelo millonario. Los cuatro relatos fueron publicados de forma conjunta, por primera vez, en 1891 bajo el título Lord Arthur Savile’s Crime and other Stories. En esta recopilación inolvidable se dio protagonismo a El crimen de lord Arthur Savile, la más conocida en aquel momento, pues fue publicada con anterioridad, en 1887, en la revista británica The Court And Society Review.
[la señora Otis] era un excelente ejemplo de que hoy en día tenemos prácticamente todo en común con Norteamérica exceptuando, por supuesto, el idioma.
Como sabéis, en El fantasma de Canterville, el señor Otis, un ministro americano, compra la mansión Canterville —a pesar de las advertencias que le hace el propietario sobre la existencia de un fantasma— y se traslada a vivir allí con su familia. El fantasma, entonces, comienza a pasearse por los pasillos intentando atemorizar a los nuevos inquilinos, sin embargo, pronto empezará a deprimirse al comprobar que no solo sus esfuerzos son inútiles, sino que se convierte en la víctima de los irrespetuosos americanos.
En esta pequeña joya, el protagonista es el fantasma —atormentado espíritu del noble sir Simon de Canterville— que lleva aterrorizando desde hace más de trescientos años a los habitantes del Castillo de Canterville, en Ascot (Inglaterra). En lugar de causar miedo, el fantasma produce risa y, más tarde, lástima: todas las representaciones que lleva a cabo conducen a un estrepitoso fracaso; es como un actor de teatro ante un público incapaz de comprender el sentido de sus actuaciones. Asimismo, Oscar Wilde ironiza en el desenlace del relato con el ser inocente y puro que proporciona descanso eterno al apesadumbrado fantasma: Virginia, la hija de quince años del señor Otis. Wilde critica, así, algunos elementos que caracterizan la novela gótica, tan famosa en la época victoriana.
La crítica de Oscar Wilde no se queda ahí, sino que arremete, también, contra el modelo consumista y capitalista de la sociedad norteamericana («Vengo de un país moderno donde tenemos todo cuanto el dinero puede comprar», dice el señor Otis), irrespetuosa con la cultura y sociedad británica como se desprende de numerosas frases del texto.
¡Un crimen! Eso era lo que el quiromántico había visto. ¡Un crimen! Incluso la noche parecía saberlo y el desolado viento se lo aullaba en el oído.
En cuanto al argumento de El crimen de lord Arthur Savile, este gira en torno a los infructuosos intentos de lord Arthur Savile para cometer un crimen, sin que lo atrapen, antes de casarse con su prometida. Desesperado, una noche se encuentra con el quiromántico que le auguró su destino…
Lo sorprendente de este relato no solo es que el protagonista se crea lo que le augura un charlatán quiromántico que acaba de conocer en una fiesta, sino el modo de asumir lo que implica: un crimen. Para lord Arthur ese acto no es pecado, sino sacrificio: no tiene derecho a casarse hasta haber cometido el asesinato.
En La esfinge sin secreto, cuento mucho más breve que los anteriores, un narrador en primera persona cuenta la historia que le relata su amigo, lord Muchison, acerca de su enamoramiento hacia una mujer misteriosa.
Y, por último, El modelo millonario es el relato conciso de una anécdota: cómo Hughie, enamorado de Laura Merton, consigue casarse con ella a pesar de disponer de escasos recursos económicos.
He leído el libro en varias ocasiones, pero reconozco que los dos primeros cuentos permanecen imborrables en mi memoria, mientras que siempre tengo la sensación de acometer la lectura de los otros dos como si fuera la primera vez. Los cuatro son interesantes, no cabe duda de que tienen valor literario, ahora bien: las risas que me provocan esos diálogos ingeniosos y chispeantes de El fantasma de Canterville o las desesperadas reflexiones de lord Arthur Savile en el segundo cuento, son la razón para que vuelva a leer el libro cada cierto tiempo. Ambas historias son brillantes; de hecho, hay numerosas adaptaciones de cine, teatro y televisión de El fantasma de Canterville. Por su parte, El crimen de lord Arthur Savile, burla a la superstición y la falta de talento de la aristocracia victoriana, fue recordado con cariño y humor por la escritora Amélie Nothomb en su obra El crimen del conde Neville.
Aunque las cuatro narraciones tienen diferente extensión y argumentos, comparten ciertas características que delatan el estilo inconfundible de Oscar Wilde. Entre ellas, el humor fino de su pluma, acompañada, según el caso, de ironía o de ternura, constante presencia que aligera el ritmo narrativo; la abundancia de situaciones cómicas que se suceden en perfecta armonía; las descripciones someras, pero efectivas; unos protagonistas que pertenecen, en su mayoría, a clases acomodadas; y, por supuesto, la sabiduría al introducir esos diálogos inteligentes y divertidos que mencioné antes.
Todos los cuentos tienen una enseñanza moral al final. La compasión es premiada en El fantasma de Carterville. El amor, como el arte, no se atiene a la moral, viene a decirnos la enseñanza de El crimen de lord Arthur Savile, junto con la de que el destino puede volverse en contra de quien intenta abusar de él. La esfinge sin secreto nos enseña que no hay que fiarse de las apariencias, pues deriva en soledad e infelicidad. Por último, la bondad y generosidad son recompensadas en El modelo millonario.
Existen, asimismo, algunas diferencias que van más allá del argumento de los cuentos. Por ejemplo, los dos primeros cuentos —El fantasma de Canterville y El crimen de lord Arthur Savile— están divididos en capítulos y constan de un amplio abanico de personajes; además, sus protagonistas están muy bien perfilados, son individuos de sentimientos complejos y construidos con mayor riqueza de matices. La esfinge sin secreto y El modelo millonario carecen de división en su estructura, tienen un número de personajes muy reducido y los protagonistas están construidos a partir de unas pocas, pero efectivas, pinceladas.
Otro rasgo que diferencia los cuentos es que la fantasía que desborda El fantasma de Canterville y la parodia en El crimen de lord Arthur Savile restan credibilidad a la trama; son surrealistas las humillaciones del pobre fantasma y delirantes las reflexiones del desesperado lord Arthur Savile. Sin embargo, en los otros dos cuentos, hay un tono más realista.
No quiero recordaros más detalles, solo recomendaros la lectura o relectura de estos cuentos de Oscar Wilde.
Mi valoración: 4.5/5
Oscar Wilde (Dublín, Irlanda, 1854 – París, Francia, 1900). Nació en una peculiar familia burguesa. Su casa fue la primera escuela de arte antes de sus estudios en la Portora Royal School, en el Trinity College de Dublín y finalmente en Oxford. Una formación completa y una personalidad singular crearon a su alrededor una temprana reputación artística. En 1881, publica un libro de poemas; en 1888, El príncipe feliz y otros cuentos, y, en 1891, El crimen de Lord Arthur Savile y otras historias y Una casa de granadas. Obtuvo un gran éxito como dramaturgo, con obras llenas de ironía, como La importancia de llamarse Ernesto. Sin embargo, su única novela, El retrato de Dorian Gray, le atrajo severas críticas por parte de los sectores puritanos. Su relación homosexual con lord Alfred Douglas, y una demanda que este interpuso, le acarrearon dos años de prisión. Allí escribió De profundis, una larga carta sobre su viaje espiritual. Cuando salió de la cárcel cambió de nombre y emigró a París, donde escribió su último libro, Balada de la cárcel de Reading y donde vivió hasta su muerte.

FICHA TÉCNICA DEL LIBRO: Título: El fantasma de Canterville Título original: Lord Arthur Savile's Crime and other Stories Autor: Oscar Wilde Editorial: Anaya Traducción y notas: José María Courel y M. I. Villarino Ilustraciones: Miguel Alfonso Rodríguez Cerro Género: Literatura clásica, Sátira Fecha de publicación: (1ª en 1891; de esta: 06/1986) Idioma: Español ISBN: 84-7525-365-2