
Hace unas semanas entrevisté a un padre de familia que lleva más de treinta años jugando a rol, quien me comentó que una chica de su grupo era doctora en Historia. Al escucharlo, lo primero que se me vino a la cabeza fue la famosa canción: ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?, del grupo musical Burning y tema principal de la película que dirigiera Fernando Colomo en 1978. Caí en los odiados estereotipos, mea culpa.
P: ¿Cuándo y por qué empezaste a jugar a rol? ¿Con qué juego te iniciaste?
R: Siendo joven (unos 14 debía de tener) tuve algún contacto con el rol. Quedaba de manera esporádica para jugar partidas sueltas de Vampiro, El Señor de los Anillos… Sin embargo, cuando realmente entré en el mundo del rol y empecé a jugar campañas largas fue cuando encontré al que, hoy en día, sigue siendo “mi grupo”. A D&D jugamos el primer día que fui. A pesar de mis iniciales y frugales contactos, yo seguía siendo una neófita. Ellos me enseñaron todo lo que sé ahora.
P: ¿A qué juegas en la actualidad?
R: A todos los juegos de rol que me propongan. Es cierto que la mayoría de las veces seguimos jugando a D&D, pero eso no significa que no hayamos empezado campañas de Vampiro, Walküre, La Leyenda de los Cinco Anillos… Todo depende de quién vaya a dirigir. Dentro del grupo cada uno tenemos asignados de forma tácita los juegos que dirigimos, de modo que dependiendo de quién dirija se juega a una cosa u otra.
P: ¿Qué prefieres: dirigir o jugar?
R: Depende. Podría decirse que me gusta más jugar, pero también disfruto mucho creando partidas. Es cierto que todavía no me siento suficientemente rodada como para controlar con soltura las reglas al dirigir, y que ahora mismo no tengo el tiempo de sentarme delante de un manual a estudiarlas. Me gusta la parte creativa de la dirección. La parte en la que se crea una historia. Pero me abruma el sistema, así que sí, me gusta más jugar.
P: Como jugador, ¿qué tipo de personajes te gusta más interpretar?
R: He ido evolucionando. Cuando empecé solía llevar el típico elfo que en mi grupo todos odian o el mago que nunca llegaba a ser lo bastante poderoso como para hacer algo de provecho. Incluso hoy, hay veces que llevo ese tipo de personajes, pero a lo largo de los años me he sorprendido a mí misma disfrutando enormemente de personajes “machacas”. Ahora mismo puede que el personaje que más me gusta llevar esté en el punto medio: un druida, por ejemplo. Me gustan mucho los druidas.
P: ¿A qué personaje le has cogido más cariño? Cuéntame un poco de él y la razón.
R: Tiendo a meterme mucho en mis personajes, así que a todos ellos les he cogido cariño en cierta medida. No podría elegir solo uno. Se me viene a la cabeza Anka, que fue mi primer personaje “machaca”, o aquel personaje con el que empecé a llevar las riendas del grupo en una partida. No era un personaje especialmente fuerte, pero las decisiones a lo largo de la partida (y los dados) la llevaron a tener un ejército de hijos, cada uno de una raza diferente. Tenía mi propio ejército privado. Fue divertido. Alien du Chateaux también fue enriquecedora. Era una Lasombra 4º generación que podía hacer un montón de cosas chulas con obtenebración. Como he dicho… no podría elegir solo uno.
P: ¿Cómo juegas, presencial o de manera online?
R: Me gusta más jugar presencialmente. Durante la pandemia fue inevitable jugar online, pero no es lo mismo… Me cuesta mantener la atención cuando juego online. Me quita la inmersión. En el fondo, aparte de por el rol, nos juntamos porque nos gusta estar juntos. Más de una vez hemos quedado para jugar y hemos pasado gran parte de la noche hablando de música, de cine, o de cualquier otra cosa.
P: Tras la pandemia, ¿has vuelto a tu forma habitual de jugar? ¿O has incorporado nuevos hábitos?
R: Creo que hemos vuelto a jugar de la manera habitual. A todo el grupo nos justa jugar de forma presencial por las razones que he dado antes, así que en cuanto pudimos nos sentamos todos en torno a la mesa.
P: ¿Qué aspectos positivos de jugar a rol destacarías? ¿Y negativos?
R: Me cuesta encontrar un aspecto negativo de jugar al rol, al menos de la forma en la que lo hacemos nosotros. Para mí todo son ventajas: es una forma muy agradable de pasar el rato con tus amigos, de conocer gente nueva, de socializar en definitiva con gente con la que compartes intereses comunes. Pero para mí una de las cosas más importantes del rol es que me permite alimentar mi imaginación. Desde pequeña he sido una niña muy imaginativa (quizá demasiado). Me pasaba los días sola, inventando historias y nuevos mundos en los que desarrollarlas. Podría decirse que era un poco un bicho raro. El rol me ha dado la oportunidad de dar salida a toda esa creatividad e imaginación, pero con el aliciente de poder hacerlo con más gente, compartiendo la experiencia dentro de un grupo que, con el paso de los años, se ha convertido en un pilar fundamental de mi día a día.
P: Eres doctora en Historia, ¿te resulta sencillo ambientar los escenarios cuando diriges?
R: Por supuesto. La primera partida que dirigí fue de Aquelarre, ambientado en la Edad Media castellana en este caso. Ambienté la partida, precisamente, durante el reinado de Alfonso XI, que fue el rey sobre el que hice la tesis, y desde luego eso me facilitó mucho las cosas. Tenía ya construido el armazón de la ambientación por así decirlo, y eso me ahorró tiempo y me hizo sentir más cómoda. La parte que más disfruté fue cuando metía personajes reales como don Juan Manuel, porque me permitía plasmar fuera del ámbito académico la imagen que mentalmente me había hecho de ellos. Al final, cuando estás estudiando biografías, como es mi caso, no puedes evitar empatizar con el personaje, tratar de meterte en su cabeza y comprender el porqué hacía las cosas o cómo podía sentirse en determinado momento. Eso no lo puedes plasmar en un trabajo académico, así que poder hacerlo en una partida fue enormemente placentero.
P: En parte ya me has contestado a esta otra pregunta. ¿Incorporas hechos históricos en la ambientación de tus aventuras o prefieres limitarte a los módulos de ficción ya creados?
R: Siempre meto hechos históricos en la ambientación. Como he dicho, para mí es un armazón sobre el que empezar a construir. Incluso cuando estás en una ambientación de fantasía, hay hechos que, si te pones a rascar, están inspirados en hechos históricos. Es algo que hacen la mayoría de los grandes autores de fantasía. También tengo que reconocer que no siempre (o más bien nunca) me ciño estrictamente a la historia. Hay cosas que siempre tienes que cambiar para adaptarte a la trama de la partida o al camino que han decidido tomar los personajes y que muchas veces ni te habías planteado. Un director siempre tiene que ser flexible, si no, la partida corre el riesgo de convertirse en algo artificial o forzado, y eso no beneficia a nadie.
P: Cuando hablábamos antes de comenzar esta entrevista, me has dicho que trabajas como profesora. Para ti, el rol ¿es un juego de adultos? ¿Crees que hay afición entre los jóvenes?
R: Creo que el mundo sería un lugar mejor si los jóvenes de ahora se aficionasen más al rol. Pero bueno, hay de todo. Por norma general, uno de los grandes problemas que veo en la juventud, hoy en día, es la falta de imaginación, la falta de iniciativa… todo aquello que un rolero debe tener. Sin embargo, siguen existiendo grupos reducidos que, según los ves, piensas que están abocados a convertirse en jugadores de rol. También es cierto que muchos de mis alumnos son jóvenes todavía y no han llegado a dar el paso de meterse en el mundillo. Mi esperanza es que lo hagan en algún momento.
P: ¿A partir de qué edad recomendarías a los jóvenes jugar a rol?
R: No hay una edad mínima para jugar al rol, aunque quizá, cuando eres demasiado joven, vas a necesitar la “guía” de un jugador más experimentado. Un niño, o incluso un adolescente, va a encontrar difícil plantarse delante de un manual y crear una partida, pero eso no significa que no pueda incorporarse a una partida ya creada en la que los jugadores veteranos van a poder enseñarle todo lo que necesita. Así aprendí yo. La cosa cambia a partir de los 15-16 años. A esa edad la cabeza de los chicos empieza a tener el desarrollo suficiente como para, si tienen interés, leer, investigar o incluso montar su propia partida. En mi opinión, cuanto antes empiecen mejor, pero siempre adaptándose a su propio desarrollo madurativo.
P: ¿Es fácil compaginar el trabajo y tu vida personal con jugar a rol?
R: Siempre he sido un “culo de mal asiento”. Soy una persona que siempre está ocupada y, cuando no lo está, busco inconscientemente la forma de estarlo. Esto hace complicado compaginar muchas cosas con mi vida, especialmente cuando se trata de quedadas sociales en las que tienes que ser capaz de compaginar los horarios de todos los asistentes. Con mi grupo tengo la suerte de que casi siempre quedamos por la noche, por lo que quedar con ellos afecta poco al resto de mi vida. La mayoría de las veces quedamos a la hora de cenar, jugamos hasta las 6 o las 7 y después puedo volver a casa para dormir un par de horas y levantarme para hacer lo que tenga que hacer. Duermo poco, así que, por el momento, puedo compaginarlo.
P: ¿Sueles decir que juegas a rol o es algo que no revelas si no sale la conversación?
R: No tengo nada que ocultar. Es verdad que no es un tema que salga siempre en las conversaciones, y yo no lo voy a forzar. Pero si sale, no tengo ningún problema en decir que juego al rol, y la mayor parte de las veces la reacción de mi interlocutor al respecto ha sido positiva.
P: Imagino que te gusta leer. ¿Qué 10 libros te llevarías a una isla desierta?
R: Difícil… Muy difícil… Si solo pudiera elegir 10 y que estén representadas todas las categorías que me gusta leer (y seguramente me dejo alguno importante) diría:
- El Señor de los Anillos (hay ediciones que recogen la trilogía en un solo volumen, así que cuenta como uno, lol).
- El Quijote (también en un único volumen).
- Los dos manuales de Historia Medieval y de Historia Medieval de España, editados por Ariel y dirigidos por Vicente A. Álvarez Palenzuela.
- (El anterior son dos libros, así que uno de ellos va aquí).
- Rimas y Leyendas, de Bécquer (en un volumen).
- Los Pilares de la Tierra, de Kent Follett.
- El nombre del viento, de Patrick Rothfuss.
- La trilogía de Crónicas del Mago Negro, de Trudy Canavan (no está en un solo volumen, pero la encuaderno junta si hace falta).
- El nombre de la rosa, de Umberto Eco.
- Las brumas de Avalon, de Marion Zimmer Bradley.
P: ¿Qué género literario prefieres y cuál es el último título que has leído?
R: Por mi propia trayectoria, no puedo dejar de leer novela histórica, por supuesto, pero también disfruto muchísimo de la literatura fantástica. Ahora estoy terminando de leer El camino de las sombras, de Brent Weeks, y supongo que lo siguiente en mi larguísima montaña de libros por leer será empezar con las Crónicas de Dragonlance.
P: ¿Las características de los personajes que más te gustan en literatura se asemejan al tipo de personaje por el que te sueles decantar para jugar a rol o tiene que ver más con tu forma de ser?
R: Ambas. Muchas veces los personajes literarios que más me gustan son aquellos con los que me identifico de alguna manera, sea por la forma de ser, porque me gustaría ser como él, porque me gustaría que formase parte de mi vida o por vivencias similares. Los personajes con los que juego al rol son, por tanto, al mismo tiempo, parte de aquellos personajes literarios que me han marcado y parte de mí misma o de alguna parte concreta de mi personalidad (la exteriorice o no).
P: ¿Hacia dónde piensas que se dirige el rol con las nuevas tecnologías?
R: Las nuevas tecnologías abren un amplio abanico de posibilidades a la hora de jugar al rol. Hace años no nos habríamos planteado poder jugar con una persona que vive en la otra punta del mundo, o tener acceso a casi cualquier manual que quieras buscar. La industria de los videojuegos también tiene mucho que decir en este sentido. En cuanto a mí, sin embargo, podría decirse que soy un poco “pureta”. Como he dicho antes, me gusta jugar en persona, preferiblemente con un manual en papel. Es parte del encanto.
P: ¿Cómo te imaginas que se jugará rol dentro de 30 años?
R: Posiblemente seguirá habiendo grupos que disfruten jugando en persona (nosotros sin ir más lejos). Pero la tecnología avanza rápido y posiblemente pueda implementarse al mundo del rol. ¿Quién sabe? A lo mejor se normaliza jugar al rol con realidad virtual, por ejemplo. Pero no creo que el rol tal y como lo conocemos hoy en día vaya a desaparecer en 30 años. Siempre quedarán nostálgicos.
P: No sé por qué tengo la impresión de que tú pertenecerás a ese grupo, el de los nostálgicos (lol). Bueno, esto es todo. Muchas gracias por tu tiempo.
Gracias a ti. Ha sido divertido.