Entrevista a Elghinn, director de juego y jugador de rol desde hace más de treinta años

Hace unas semanas, me sorprendió que una chica que me acababan de presentar aquella tarde intentara explicar a mi amiga, que se iniciaba en el difícil mundo de la escritura, cómo debía crear la ficha del protagonista de su relato haciendo referencias al modo en que se construía un personaje de rol. El debate que se originó entre nosotras después, acerca de la relación entre la literatura y los juegos de rol, os puedo asegurar, dio para varias horas. De ahí que, para comenzar esta sección en Despertares de Stonewall, buscáramos una entrevista con una persona que llevara mucho tiempo jugando a rol.

Aquí os traemos la entrevista a Elghinn, como se le conoce en el ámbito rolero; un padre de familia, amante de la literatura de fantasía y de ciencia ficción, que lleva jugando a rol más de treinta años, que no es poco.

P: ¿Cómo y cuándo empezaste a jugar a rol?

R: Pues comencé al entrar al instituto, con 14 años recién cumplidos allá por el milenio pasado en 1989. Un compañero de clase me invitó a jugar a rol y, por entonces, no sabía nada del tema. Aunque jugaba a mi favor que había leído mucho de J.R.R. Tolkien, como sabes, un escritor referente para todos los que jugamos a rol.

P: ¿Qué jugabas en esos inicios?

R: Pues mi primerísima partida fue de Ad&d1ª (Advanced Dungeons & Dragons) y, después, mucho a ESdlA (El Señor de los Anillos) que más tarde pasaríamos a jugar con las reglas de Rolemaster; una auténtica locura de libro de reglas, recuerdo millones de tablas en los que para dar un simple salto debías hacer 20 tiradas en sus respectivas tablas (lol).

P: ¿A qué juegas en la actualidad?

R: D&D 5ª Ed., Mundo de Tinieblas —sobre todo, en su versión de Vampiro, tanto en La Mascarada como en Edad Oscura— y L5A (La Leyenda de los 5 Anillos) ambientado en un mundo oriental.

P: ¿Qué prefieres: dirigir o jugar?

R: Dirigir, aunque alguna vez, de manera esporádica, a todos nos apetece jugar.

P: ¿Qué es lo más difícil a la hora de dirigir?

R: Sin ninguna duda, intentar mantener la atención y concentración de toda la mesa —jugadores de rol—, en la partida y en los acontecimientos.

P: ¿Qué crees que tienen en común los escritores de literatura fantástica con los directores de juego?

R: Pues que ambos crean una historia; aunque los primeros se dirigen a un público amplio e indeterminado —mayor o menor, en función del éxito que tenga la obra cuando se comercialice—, mientras que, nosotros, los directores de juego, la creamos para un número concreto y pequeño de personas. Por tanto, si conoces bien a tus jugadores no es muy difícil crear una historia con la que todos disfruten, eso sí, con el handicap de haber construido en un año más historias de las que, quizá, escriba un autor en toda su carrera literaria.

P: ¿Creas tus aventuras o te basas en módulos ya creados?

R: Pues soy de los que crean sus propias aventuras en un 95 por ciento, y no llega al cien por cien debido a que, en los últimos meses, por falta de tiempo, compro algún módulo ya creado. Y, aun así, soy incapaz de no modificarlo a mi estilo de juego, de modo que al final queda una aventura algo diferente a la original, pero más acorde a mi campaña.

P: ¿En qué te inspiras a la hora de crear las historias de tus partidas?

R: Soy capaz de coger ideas de todo, ya sea de algún documental o película que haya visto, de lecturas acerca de mitos y leyendas —entre ellos, y por citar alguno, el lobisome gallego, la bestia de Gevaudan y los leprechauns del folklore irlandés, dado que he leído bastante sobre el folklore europeo centro y sudamericano y, también, sobre algunos mitos africanos y asiáticos—, pero sobre todo me baso en la historia y los clásicos, los cuales son maravillosos para crear tanto situaciones como personajes. También me inspiro en Alejandro Dumas —El Conde de Montecristo y Los Tres Mosqueteros son dos de mis libros favoritos— o en Rob Roy, de Walter Scott. Son solo unos pocos ejemplos que me ayudan a construir la fuerte personalidad de algunos PNJs y a crear una ambientación creíble. Otro de los libros que me ha servido, en más de una ocasión, para dar vida a un personaje algo recurrente e imaginar situaciones es El nombre de la rosa, de Umberto Eco. Para diferentes aventuras alguien inspirador siempre es Homero, con su Ilíada y Odisea. Jason y los Argonautas, de James Riordan, también dan para mucho cuando eres un Dungeon Máster de D&D, como lo soy yo. Por supuesto, Drácula de Bram Stoker, Frankenstein, de Mary Shelley, El Retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde y otros muchos libros que seguro hemos leído todos. Además, en mi mesa de rol a todos nos encanta la historia, la mitología y el folklore, lo cual es enriquecedor; hemos leído y cortado partidas para terminar debatiendo, la noche entera, sobre mitología, política de la antigua Roma, el medievo europeo, hechos y personajes históricos. Asimismo, he leído infinidad de novelas roleras. Todo esto, con pequeñas pinceladas, da realmente para mucho.

P: ¿Cuál es tu juego favorito y qué le dirías a los desarrolladores?

R: Mi juego favorito y con el que empecé mi andadura en este mundillo sigue siendo Dungeons&Dragons, en su 5ª edición ya. Y en cuanto a los desarrolladores, les diría que no nos dejasen sin nuestros escenarios de campaña favoritos al pasar de una edición a otra, es decir, que tengan continuidad con sus mundos clásicos. Pero sobre esto, mejor hablar otro día porque da para mucho debate y no quiero aburrir a tus lectores.

P: Como jugador, ¿qué tipo de personajes te gusta más interpretar?

R: Pues suelen ser personajes poderosos, usuarios de la magia —cuando el juego se presta a ello— intrigantes, bastante individualistas y egoístas en ciertas situaciones. O sea, tipos que de entrada cualquiera despreciaría (lol).

P: ¿A qué personaje le has cogido más cariño? Cuéntame un poco de él y el porqué de ese cariño?

R: Pues es complicado elegir solo uno. Elghinn—que terminé escogiendo como nick habitual en el ámbito rolero—, era un semielfo drow (elfos oscuros de D&D), el prototipo de personaje que os he descrito antes. Con el tiempo me di cuenta de las similitudes que guardaba con Raistlin Majere, el personaje creado por Margaret Weis y Tracy Hickman en sus novelas de Dragonlance, solo que el mío sí logró su objetivo final (lol). En este caso, es un mago nigromante y clérigo de un Dios de la muerte en Reinos Olvidados (uno de los escenarios de campaña de D&D). Al final, y tras años de juego, llegó a niveles épicos, creó increíbles objetos mágicos que le podían ayudar en su cruzada personal, confabuló contra los propios dioses y terminó acabando con tres de ellos, quedándose con sus ámbitos de poder y logrando la divinidad. Es de los pocos personajes a los que, como jugador, pude llevar hasta el final de dónde quería estar (con su ambición, en este caso).

Otro personaje al que tengo mucho cariño es Marduk, un vampiro de Mundo de Tinieblas. Originario de la antigua Mesopotamia, en el tercer milenio antes de Cristo, un antiguo pastor a orillas del Éufrates al que se le murieron casi todos sus familiares y por determinadas vicisitudes acabó convirtiéndose en un vampiro. Se trataba de un personaje de buen corazón, siempre calmado, que intentaba controlar a la bestia que llevaba en su interior para no tener que entrar en conflicto, pero si se veía obligado, jamás renunciaba a uno ni perdía un combate debido a sus increíbles dotes y perseverancia en el aprendizaje. Era amante de los juegos de estrategia, maestro de armas de grandes reyes y figuras históricas, preocupado por su aspecto (que fue refinando con los años de existencia), aunque cargaba con un gran peso a sus espaldas y una sangre codiciada por muchos a lo largo de la historia por haber sido el vástago de Enkidu. Vivió en todas las grandes civilizaciones, durmiendo a veces durante siglos enteros. Jugando llegamos hasta la Edad Media, pero también al punto en que mi personaje se le escapaba de las manos a mi director de juego, de modo que decidimos retirarlo; además, por su clan y edad tenía sus instantes de locura transitoria, así que consideramos que era un buen momento para convertirlo en un poderoso PNJ en manos del narrador.

P: ¿Qué aspectos positivos de jugar a rol destacarías? ¿Y negativos?

R: Positivos casi todos. En mi caso, por ejemplo, era un niño introvertido y me sirvió para relacionarme mejor y para aficionarme a la lectura —en realidad, tuve una época en que el rol y la lectura se convirtieron en una adicción—. Tuve una juventud algo loca, como muchos, pero esta afición me sirvió de ancla para no perderme en esos tiempos de discotecas, ligues y demás. Me gustaba demasiado jugar y leer, de modo que no salía todos los fines de semana. Para algunos, ahora, parecerá una tontería, pero yo lo agradezco.

La parte más negativa para mí ha sido algún conflicto personal con algún amigo y llevado bastante al extremo.

El rol me ha hecho tener los mejores amigos y perder alguno, que tampoco lo sería tanto. Es una afición que se vive desde el corazón.

P: Hace unos años parecía que el rol tenía una connotación negativa y estaba mal visto por la sociedad. En tu opinión, ¿ha habido una mejora importante en este aspecto?

R: En los noventa estaba muy mal visto por culpa de los abogados defensores y los periodistas que se hacían eco de esas noticias. Cada vez que un loco cometía un asesinato, su abogado lo achacaba a estar desequilibrado por interpretar un personaje de rol, la excusa perfecta para así reducir la pena de su cliente; años después era el demonio quien les hacía cometer asesinatos (lol, me río por no llorar).

P: Sí, recuerdo una película de Tom Hanks en la que se mostraba cómo un joven se volvía loco con el rol.

R: Mazes and Monsters, en efecto.

P: Perdona, sigue…

R: Siempre se ha estereotipado a los roleros como frikis con granos que no salen de sus casas, algo totalmente erróneo; se sorprenderían al saber que esa persona tan normal que trabaja junto a ellos es un rolero. Muchos hemos practicado deportes a alto nivel, con parejas, hijos, aficiones diversas, pero contra los prejuicios es difícil luchar.

Sin embargo, últimamente, la percepción que se tiene del rol y de quienes juegan ha mejorado bastante debido a gente famosa que ha reconocido serlo como Alex de la Iglesia que, además, algunos de sus libros y películas, en realidad, son adaptaciones de las partidas que juega en La llamada de Cthulhu, su juego favorito —sí, basado en los relatos de H. P. Lovecraft—. Asimismo, lo han dicho actores como Vin Diesel, Judi Dench, Karl Urban o Joe Manganiello —deberíais ver la mazmorra dedicada a rol que tiene Manganiello en la mansión donde vive con su mujer, Sofía Vergara, y a la que acuden sus amigos para jugar a rol, entre ellos, actores, productores y luchadores de WWE como Vince Vaughn, David Benioff o Paul “The Big Show” Wight—. Otro que ha aportado mucha y buena visibilidad a los juegos de rol es el actor de voz Matthew Mercer quien, a través de su canal de Youtube Critical Role, en sus partidas, con él como Dungeon Máster, ya tiene más de 500 millones de visualizaciones, poca broma (lol). Hay muchos otros famosos que juegan a rol y ya van revelándolo.

P: ¿Qué juegos de rol echas de menos y te gustaría volver a jugar?

R: Ciberpunk, Star Wars y Aquelarre, el juego creado por el historiador y novelista español Ricard Ibáñez. A los dos primeros comprendo que no juguemos porque no tenemos narrador para esos juegos. Sin embargo, en Aquelarre tenemos en la mesa a una directora de juego que, además, en la vida real es historiadora especializada en el medievo español. No os hacéis una idea de lo maravilloso y esclarecedor que es jugar a un juego histórico con una historiadora…

P: Alguna cosa que quieras subrayar o señalar…

R: Sí, me gustaría señalar que como máster o director de juego puedes llegar a sentirte más orgulloso e incluso coger más cariño a personajes de tus jugadores que a los tuyos propios. Muchos jamás se me olvidarán, entre ellos, El señor Oscuro y su secuaz (lol), suenan muy terribles, pero lo cierto es que eran seres débiles que se metían en líos que les sobrepasaban y aun así lograban salir adelante.

P: Pues hasta aquí la entrevista. Muchas gracias por tu colaboración.

R: Gracias a vosotros. Me he sentido muy a gusto y aquí me tendréis para cualquier duda rolera que os surja. Espero no haber aburrido mucho a vuestros lectores y que alguno haya llegado hasta el final.

Escrito por

Viajar, es mi pasión. La lectura, mi adicción. El café y el chocolate, mi sostén. Familia y amigos, mi conexión a tierra.

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