
«Puerto escondido», de María Oruña (Ed. Destino, 2015)
Sinopsis:
Oliver, un joven londinense con una peculiar situación familiar y una triste pérdida, hereda una casona colonial, Villa Marina, a pie de playa en el pueblecito costero de Suances, en Cantabria. En las obras de remodelación se descubre en el sótano el cadáver emparedado de un bebé, al que acompaña un objeto que resulta completamente anacrónico. Tras este descubrimiento comienzan a sucederse, de forma vertiginosa, diversos asesinatos en la zona (Suances, Santillana del Mar, Santander, Comillas), que, unidos a los insólitos resultados forenses de los cadáveres, ponen en jaque a la Sección de Investigación de la Guardia Civil y al propio Oliver, que inicia un denso viaje personal y una carrera a contrarreloj para descubrir al asesino.
Opinión:
El pasado viernes entré en la FNAC y descubrí en el estante de novedades El camino del fuego (Destino, 2022), la nueva entrega de la serie bautizada como «Los libros del Puerto Escondido», de María Oruña. ¡Madre mía!, el quinto título y yo aún sin leer aquel volumen primero que dio origen al nombre: “Puerto escondido” (2015). Esta circunstancia me puso nerviosa (¿no os entran remordimientos cuando algo o alguien os recuerda que tal libro que te morías por leer aún lo tienes pendiente?), de modo que decidí subsanar esta carencia incluyéndola entre mis compras de formato e-book y priorizando su lectura. Para vuestra información, suelo comenzar por el primer título de una serie cuando ignoro si el último libro puede leerse sin necesidad de haber leído los anteriores.
Puerto escondido es una novela negra, aunque con cierto tinte histórico sobre la guerra y posguerra civil española. Está ambientada en la zona occidental de Cantabria, en las localidades de Suances, Santillana del Mar y Comillas, sobre todo, sin olvidar Ubiarco, Hinojedo y Torrelavega. Esta ambientación es uno de los puntos fuertes de la novela porque de la descripción pormenorizada de los lugares y monumentos, las pinceladas que encontramos aquí y allá sobre el patrimonio histórico, el ayer y el hoy, se desprende que la autora conoce al dedillo la zona.
La trama, bien urdida, comienza cuando se descubre durante las obras de remodelación de Villa Marina, la propiedad heredada por Olivier Gordon en Suances, el cadáver emparedado de un bebe junto a una extraña figura. ¿Quién puso ahí ese bebé y por qué? ¿Cómo murió? ¿Cuál es la razón de dejar ahí esa figura anacrónica y qué significado tiene? La teniente Valentina de la Policía Judicial de la Guardia Civil será la persona encargada de llevar a cabo la investigación con la ayuda del sargento Riveiro y otros miembros del Cuerpo. No obstante, el caso se complica cuando se producen en la zona una serie de asesinatos relacionados con el hallazgo en Villa Marina. De entrada, hay muchos sospechosos, y Olivier Gordon encabeza la lista.
Respecto a la estructura, hay dos líneas temporales que se van alternando a lo largo de la narración. El presente, a cargo de un narrador omnisciente, que hace referencia a todos los pasos que se van sucediendo para desentrañar la verdad que se oculta tras esas muertes. Y el pasado, narrado en forma de diario por alguien que se dirige a ti, lector, y que hace referencia al devenir de los miembros de una familia durante la guerra y posguerra civil española. La intriga se mantiene durante toda la novela hasta que al final presente y pasado colisionan y todo sale a la luz. En mi caso, lo que me atrapó fue esa segunda línea temporal; además del buen hacer de la autora y de la fuerza que poseen los personajes principales, la técnica de narración empleada aquí hizo que empatizara con ellos y sintiera, imaginara, la miseria, la angustia de la separación, la pérdida, el miedo, el dolor, también el amor, que sufrieron. Así que devoré la novela, página tras página, incapaz de dejar suspendidas la vida de dos miembros femeninos de esa familia en el punto final de los correspondientes capítulos.
Y para ella la miseria era la oscuridad más pétrea y aborrecible, y su vida en Comillas era la luz, el dulce su grano de azúcar de un mundo de hadas infantil. Pero no tengo ganas de contar una historia triste, solo revelaré la verdad que construyó al monstruo. No nos queda mucho tiempo.
Aunque la autora lanza varios enigmas que se mantienen sin resolver (supongo que se abordarán en los siguientes libros de la serie), la primera línea temporal relativa al presente me resultó menos atractiva, quizá debido a que el pasado es el origen de todo (cuando uno logra conocer el pasado, sabe responder a las preguntas del caso). También tuvo que ver lo poco natural que me parecieron algunos diálogos y el modo en que, en ocasiones, se comportan los personajes.
No son pocos los personajes que pasean por las páginas de Puerto escondido, pero sin duda alguna los femeninos son los que más fuerza tienen. Destacan, entre ellos, la teniente Valentina, una mujer independiente, inteligente, con mucha iniciativa, ordenada, directa cuando habla, a quien no le gustan las mentiras. Desde el principio aborda el caso como una carrera a contrarreloj para atrapar al culpable o culpables y evitar más muertes, pero también para demostrar a sus jefes que puede hacerlo. Clara, la forense, se preocupa por seguir formándose en su ámbito de trabajo; para ella es importante redactar sus informes con los resultados de los análisis realizados con pulcritud, precisión y rigor.
Por otro lado, dos personajes femeninos deslumbran en el relato de la guerra civil: Jana y su hermana Clara (mismo nombre que el de la forense, pero distinto personaje). No quiero entrar en ellos para evitar spoilers, pero creedme cuando os digo que les adornan unas cualidades y se conducen de tal modo que me resultaron magnéticos, creíbles, poderosos. Están muy bien construidos.
Oliver destaca entre los personajes masculinos. Es un joven que decide dejar atrás su vida en Londres y empezar desde cero en España, para lo cual se embarca en un proyecto de remodelación de la propiedad heredada de su madre, en Suances, para convertirla en un hotel al borde del mar. Es decidido, valiente, positivo y amable, y su preocupación por averiguar la relación entre los hechos que acontecen y el pasado de su familia le lleva a implicarse en la investigación. Sabadelle, ayudante de Valentina, es soberbio y algo machista (eso de que su jefe sea una mujer no lo lleva nada bien).
Con sus fortalezas y debilidades, Puerto escondido me parece una buena lectura. De hecho, ya he empezado el segundo título de la serie: Un lugar a donde ir (Destino, 2017).
Animaos a leerla. Tuvo tanto éxito que ha sido traducida a varios idiomas y se vende también su audiolibro. Incluso, en la actualidad, los Ayuntamientos de Suances, Comillas y Santillana del Mar promocionan una Ruta Literaria Oficial de Puerto Escondido. Podéis encontrar toda la información al respecto en la página web de María Oruña.
Mi valoración: 3.5/5
María Oruña (Vigo, 1976) es una escritora gallega que desde pequeña visita con frecuencia Cantabria. Allí ha ambientado hasta hoy la serie de novelas «Los libros del Puerto Escondido», todas publicadas en Destino: Puerto escondido (2015), un exitoso debut en el género negro; Un lugar a donde ir (2017); Donde fuimos invencibles (2018), y Lo que la marea esconde (2021). En todas estas historias de misterio, los protagonistas son los paisajes cántabros y el equipo de la teniente Valentina Redondo, que se ha ganado el cariño de miles de lectores. El camino del fuego (2022) es la nueva entrega de la serie, que se traslada por primera vez a tierras escocesas. Es autora también de El bosque de los cuatro vientos (2020), su primer libro independiente de la saga, ambientado en la Galicia natal de la autora. Sus novelas han sido traducidas al alemán, al francés, al italiano y al catalán, entre otros idiomas.
FICHA TÉCNICA Título: Puerto escondido Autor: María Oruña Género: Novela negra Editorial: Ediciones Destino Fecha de publicación (primera edición): 08/09/2015 Idioma: Español ISBN: 78-84-233-4952-4 Formato: 13,3 x 23 cm. Presentación papel: Rústica con solapas o tapa dura Nº de páginas: 432 Formato eBook: ePub