He empezado a leer otra vez

He empezado a leer otra vez. Con ansia. Muerta de sed literaria. Un hábito que en mí refleja la incertidumbre que me invade en los momentos difíciles de la vida. De niña, cuando huía de los chicos que me lanzaban insultos manidos acerca de los centímetros de mi cintura y los libros me proporcionaban un refugio seguro. Más tarde, al crecer, cuando no entendía aquellos deseos que me hacían diferente a mis amigas. Aún recuerdo las bofetadas que sin decoro repartía y aquellas otras con las que me defendía, y las novelas eran luego tiritas de consuelo que consumía al llegar a casa. Una fórmula para superar las desilusiones y también las decepciones. Y después, cuando experimenté por primera vez el sentimiento de orfandad, de enorme soledad, y comprendí que los sueños se nos pueden arrebatar en un segundo.  Y todo queda patas arriba. Mi vida y la de los míos. Y como una Juana de Arco me obligo a levantarme cada mañana y a vestirme con cota de malla para demostrar que si estoy ahí es porque valgo, para acallar murmullos, susurros velados en salas frías atestadas de hombres grises de negocios, ocultando aquello que me hace vulnerable. Me reconforta saber que solo yo sé la verdad. Una niña con cuerpo de mujer, desconfiada y fiera como pocas, de semblante amable como muchas, que les sonríe tras una máscara bien ensayada. Ciegos, solo ven lo que les muestro.

He vuelto a soñar otra vez. De nuevo. En esa idílica casa lanzaroteña bañada por la luz del sol y flanqueada por palmeras. En su interior, paredes cubiertas de estantes repletos de conocimiento, de testimonios, o de narraciones creadas a partir de la imaginación de terceros, con vidas ficticias más alegres que la mía, o más tristes, o más misteriosas, o más románticas. Historias con las que poder disfrazarme y pintar de arcoíris ese espacio interior donde no existen presiones y donde la amargura, que en ocasiones siento infinita, me abandona.

He vuelto a soñar otra vez. Pero ahora ese sueño construido junto al mar se ha tornado en un refugio despreocupado de libertad para seis. Y dentro de unos años, si el destino quiere, para dos. Tú y yo. Un retiro seguro donde disfrutar hasta convertirnos en un par de ancianos que pasean de la mano como antaño, sin secretos que pesen o avergüencen.

He vuelto a leer y a soñar otra vez.

Escrito por

Viajar, es mi pasión. La lectura, mi adicción. El café y el chocolate, mi sostén. Familia y amigos, mi conexión a tierra.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s