Título: Una fe inquebrantableTítulo original: Unshakeable Faith Autor: Lisa Worrall Editorial: Dreamspinner Press Género: Romance Homoerótico Contemporáneo Formato: ebook ISBN-13: 978-1-62380-554-8 Fecha de publicación: 27/08/2013 Idioma: Español Nº Pág.: 274
Sinopsis:
Con la cantidad de bares que hay en todas las ciudades de todo el mundo, el extraño entró en el de Brody Tyler. Sin memoria y con un nombre elegido de un periódico, Nash es como una apuesta, una apuesta que Brody está dispuesto a aceptar. No pasa mucho tiempo antes de que Brody y Nash se enamoren, pero entonces un trágico accidente hace añicos su acogedor mundo, reiniciando de nuevo la memoria de Nash.
El “nuevo” Nash Walker es un empresario implacable, y no le importa pasar por encima de nada ni nadie. Despertarse en la cama de un hospital después de que le atropellaran y se dieran a la fuga, sin tener ni idea de dónde ha estado los últimos seis meses, es algo terrible; pero que haya alguien intentando matarle es aún peor. Y aparece en escena Brody Tyler, guardaespaldas por accidente.
Brody está decidido a ayudar a Nash a recobrar la memoria y a recuperar al hombre que ama. Nash piensa que Brody es un incordio realmente hermoso. Si sólo pudiera recordar…
Opinión personal:
Una fe inquebrantable, de Lisa Worrall, es una fantasía homoerótica inspirada en un filme clásico, Niebla en el pasado (en inglés, Random Harvest), protagonizada por Ronald Colman y Greer Garson y basada en la novela de James Hilton del mismo título. Esta autora es de origen británico y empezó su carrera escribiendo fics. En la actualidad, además de escribir historias de romance erótico, de misterio y de género paranormal, todas ellas de corte m/m, hace incursiones en el mundo del romance m/f bajo el seudónimo de Jae J. Jensen.
Tras leer opiniones muy positivas de Una fe inquebrantable, no puedo evitar preguntarme por qué le ha gustado tanto a mucha gente y, sin embargo, a mí me ha dejado insatisfecha. Quizás se deba a que soy demasiado analítica y que busco en una novela contemporánea, entre otras cosas, verosimilitud y una total ausencia de cabos sueltos.
Por ello, si aún no habéis leído esta ficción y pensáis hacerlo, permitidme un consejo. Abordarla desde el corazón, sin atender a razón o lógica. Sólo así la podréis disfrutar al máximo. De este modo no os importará que una familia rica, muy preocupada por la vida de uno de sus miembros, contrate a un guardaespaldas por error y que no ocurra nada que les saque de éste (¿una conversación con la agencia? ¿una comprobación de credenciales? ¿algo?); que nadie perciba que dicho gorila nunca porta un arma (y no, no se trata de un as del karate, ni un ninja, ni tampoco un ex soldado de un cuerpo de élite del Ejército); que un detective de la policía haga dejación de sus responsabilidades y permita que un civil ejerza como guardaespaldas cuando hay vidas en juego; que las cicatrices «atroces» de cierto personaje se desvanezcan como por arte de magia; que se haga uso de los medios de comunicación, unas veces sí y otras no, cuando se trata del mismo empresario rico e influyente; o que la transmisión de la información entre comisarías del mismo estado no fluya como debiera,…; pequeños detalles, todos ellos, cuya importancia se diluye según avanza la narración y caemos rendidos (¡oh, qué romántico!) ante la buena caracterización de los personajes y la estupenda historia de amor (y pasión, todo hay que decirlo) entre los dos protagonistas, Nash Walker y Brody Tyler.
Y a pesar de que peco de emplear la lógica en demasía, en general me gustó la novela aunque, honestamente, me esperaba más. Desde un principio me llamó la atención su argumento; un relato contemporáneo sobre un joven (Nash) que sufre de amnesia y, como consecuencia, no recuerda el tiempo en que conoció y convivió felizmente con el amor de su vida (Brody). Cuando surge el momento y el lugar oportunos, Brody aprovecha la coyuntura para hacerse pasar por quien no es con la confianza de que Nash al verlo recordará (o que sólo será cuestión de tiempo), pues se niega a perder a la persona que ama. Y esa idea me encantó; tenía gran potencial.
Disfruté esa primera parte de la narración en que Nash —amnésico, perdido y desvalido tras fugarse de un hospital—, conoce por casualidad a Brody quien, conmovido y generoso hasta la médula (veréis que nuestro protagonista también se deja llevar por el corazón, no por el sentido común), le ofrece toda la ayuda que necesita (y algo más); donde ambos se enamoran y comienzan a vivir como pareja. E igualmente, después, cuando Nash recupera su memoria, su antigua vida y personalidad, pero con todos los recuerdos de Brody y del tiempo que pasó junto a él olvidados. Nash se alza entonces como un hombre frío de negocios, calculador y prepotente (tan solo una careta para sobrevivir en el mundo empresarial), mientras que Brody, siempre bonachón, se muestra tenaz, provocador, con más paciencia que el Santo Job y con una «fe inquebrantable» en el amor que compartieron (que comparten). Ahí saboreé las confrontaciones que se suceden entre ambos, la atracción y el deseo por el otro, lo mismo que sus dudas.
Y si me dejo llevar por el corazón, además de restar importancia a esos pequeños detalles que merman la credibilidad de la historia, puedo disculpar a Lisa Worrall por reducir el interés de la trama cuando desvela, mucho antes de llegar al desenlace, el nombre de quien suscribe los pensamientos homicidas hacia Nash (mis neuronas cortocircuitaron, no lo entendía —sigo sin hacerlo—, ¿cómo podía dinamitar la intriga cuando apenas comenzaba?). En ese punto, sólo le queda al lector esperar cómo y cuándo Nash recuperará la memoria y, bueno, sabe a poco cuando son muchas las expectativas puestas en el libro (como fue mi caso).
La novela está relatada en tercera persona y un narrador omnisciente se encarga de que conozcamos con la suficiente profundidad a la pareja protagonista en torno a la cual gira principalmente la historia. Respecto a los personajes secundarios, atisbamos la preocupación de una madre, el carácter vivaz de una hermana, el cariño de un ama de llaves, la lealtad de unos amigos, el interés de un policía (no resolutivo) y la envidia y falta de escrúpulos de un (supuesto) asesino.
La autora imprime un ritmo ágil a la historia por lo que se lee en un periquete. Está bien traducida (se nota, por el lenguaje empleado, que el encargado de esta tarea es un varón) si bien echo en falta una corrección de estilo aún más meticulosa.
Por tanto, creo que si eres un(a) romántico(a) incurable y un(a) adicto(a) a las novelas de este género te encantará Una fe inquebrantable. Si exiges historias de ficción verosímiles, deja a un lado la lógica cuando acometas la lectura de esta narración, de lo contrario sólo te llevará al desencanto.
Mi valoración: 3,75/5